La Palabra para domingo, 8 junio 2025

De repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

Hechos 2,2-3

Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios.

Romanos 8,14